El Melilla Baloncesto despejó anoche cualquier duda sobre si había digerido o no el descalabro sufrido en Alicante. Ante Cáceres 2016 se encontró a sí mismo y aunque no fue un partido excesivamente brillante, al final los diez puntos de ventaja servían de recompensa (69-59).
El encuentro tuvo varias fases, en las que el Melilla Baloncesto fue cimentando su triunfo, puesto que controló el partido en todo momento. Durante la primera mitad, el trabajo defensivo fue debilitando a los extremeños, quienes tras los dos primeros cuartos se quedaban en sólo 21 puntos. Los locales no es que lo hicieran mejor, pero en ese instante los 28 puntos anotados les servía, sobre todo cuando Caio Torres se tenía que marchar a vestuarios con un corte en la frente. Southall disfrutaba de sus primeros minutos en casa y su agresivo juego contagió a la grada.
El tercer cuarto fue definitivo. Cuthbert y Héctor García se encargado de anotar desde el perímetro y sus compañeros mantuvieron en defensa a raya a los extremeños. Las diferencias se ampliaron y el Melilla Baloncesto empezó a jugar sin presión. Esa comodidad se tradujo suficiente y que supieron administrar hasta el final del choque. Durante el último cuarto, Cáceres 2016 tuvo más acierto en ataque, pero la suerte estaba echada y subía el octavo triunfo de la temporada al casillero del Melilla Baloncesto.
El resultado de permite a los de Paco Olmos mantenerse en la lucha directa por el segundo puesto de la clasificación. Actualmente lo comparte con Tenerife, que en esta décima jornada ha conseguido frenar al Lucentum (110-107), tras una intensa prórroga y con impresionante actuación de Antwain Barbour, que ha alcanzado los 50 puntos de valoración. Tal y como está la situación el partido del próximo viernes en el Ciudad de Melilla, entre melillenses y tinerfeños, se presenta como un choque de alto voltaje.
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