El partido entre el Melilla y el Breogán ni tuvo hsitoria ni tuvo morbo. Se pensaba que la resaca de la Copa del Príncipe podia pasar factura pero desde que el balón fue al cielo la superioridad local fue tan abrumadora que excepto algunos momentos se vio claro que el Breogán podía sufrir una de las derrotas más humillantes de la temporada.
El partido se ganó en el segundo cuarto y, tal y como viene predicando Gonzalo García, desde la defensa, aunque, en esta ocasión, complementado con un excelente ataque que tuvo como puntas de lanza a un inspirado Héctor García y al siempre sobrio y contundente Starosta, que junto a a Morentin y Coppenrah fueron los cimientos sobre los que se sustentó un triunfo que en algunas ocsiones llegó a los treinta puntos de diferencia.
Al final diecinueve puntos de ventaja parta el Melilla Baloncesto que ahuyenta todo tipo de fantasmas, y de paso se aprovecha de la derrota del Vivemenorca, a la espera de lo que ocurra en el choque entre menorquines y maños, que puede dejar la fase regular expedita para los melillenses.
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